Mi hermano más chico llega con Mamá del dermatólogo. Estaciona el auto al frente de casa para que Mamá baje. Ella tiene una cartera, es nueva, se la regalaron sus amigas. Mi hermano pone la baliza y observa como los autos pasan cerca del espejo del conductor. Mamá abre la puerta, baja despacio, lo saluda a mi hermano que se va a la facultad. Cierra la puerta y camina rumbo a la puerta de casa. Busca en su bolsillo la llave. Un flaco la está esperando, escondido entre los autos estacionados en el taller de al lado espera su momento; lo ve, se abalanza, a toda velocidad llega y le agarra la cartera, en un reflejo instintivo Mamá la agarra más fuerte, la resguarda entre sus brazos; entonces el pibe tira y tira y Mamá cae sobre su rodilla derecha y la arrastra un par de metros hasta que logra sacarle la cartera. Mamá queda tirada en el piso, y de la pierna le cae un hilo de sangre y su codo se pone rojo y los restos de la suciedad de la vereda se desparraman por su ropa y sus brazos.
Todo pasa en un segundo. Mi hermano se baja del auto y lo corre. El flaco va hasta la esquina, allí lo espera otro con piedras en la mano. Agarran el descampado y por atrás mi hermano grita los documentos, los documentos, se meten en el mismo callejón y mi hermano se para, toma aire, sus ojos se llenan de lágrimas. Siente impotencia, vuelve a la puerta de casa. Mamá ya está parada, los mecánicos del taller que todos los días estacionan sus autos en nuestra vereda, la dueña del negocio al cual le compramos a la mañana, a la tarde y a la noche, los vecinos que te saludan con buen día, recién aparecen, cuando todo ya pasó. Cuando los pibes ya le sacaron la cartera a mi vieja y la arrastraron por el piso dejándole moretones en la rodillas y brazos. Recién ahora aparecen para preguntar ¿cómo está?…¿qué pasó?…¿cómo fue?. ¿Por qué no hicieron nada?, me pregunto después.
Mi hermano abraza a mama y los dos, juntos, lloran. Por qué te hicieron eso, dice, y por qué te hicieron eso, repite.
Todo pasa en un segundo. Mi hermano se baja del auto y lo corre. El flaco va hasta la esquina, allí lo espera otro con piedras en la mano. Agarran el descampado y por atrás mi hermano grita los documentos, los documentos, se meten en el mismo callejón y mi hermano se para, toma aire, sus ojos se llenan de lágrimas. Siente impotencia, vuelve a la puerta de casa. Mamá ya está parada, los mecánicos del taller que todos los días estacionan sus autos en nuestra vereda, la dueña del negocio al cual le compramos a la mañana, a la tarde y a la noche, los vecinos que te saludan con buen día, recién aparecen, cuando todo ya pasó. Cuando los pibes ya le sacaron la cartera a mi vieja y la arrastraron por el piso dejándole moretones en la rodillas y brazos. Recién ahora aparecen para preguntar ¿cómo está?…¿qué pasó?…¿cómo fue?. ¿Por qué no hicieron nada?, me pregunto después.
Mi hermano abraza a mama y los dos, juntos, lloran. Por qué te hicieron eso, dice, y por qué te hicieron eso, repite.
4 comentarios:
Che todo esto te esta pasando? paso en estos meses? mieeeeerrr que esta complicada la zona! cada texto...más bronca me agarra.
Saludos, ya nos vamos a juntar antes de que me las tome a capilla.
Tip blogger:
Cuando respondas a tus lectores no hace falta que utilices un comentario para cada uno...generalmente ponen
Rodrigo: lo que me decis es bla bla bla
Juancito: tenes razon con bla bla
Pepe: etccc
Entonces te ahorras de escribir mil mensajes uno atras de otro.
Bueno me fui
fabio
qué grande!!
pusiste la foto
de cuando todos en san francisco
escuchaban la narrativa
del profedelengua08
fue buenísimo
estar ahí!
un abrazo, amigo.-
hola rodri,
después de tanto tiempo te contesto,
si es cierto, todo eso está pasando por estas semanas, pero bueno, tampoco es para alarmarse porque son pibes que arrebatan nada más, obviamente te hacen pasar un mal momento pero bueno.
lo que decimos con mis hermanos que tenemos que tener más precaución, pero no andar con miedo, así que en eso andamos.
Para colmo falta una parte más.
un abrazo rodri,
Hola Martin, si a mi también me encanto San Francisco, aunque vos fuiste la atracción de la noche.
Esa noche me sentí escritor.
bueno amigo seguro que esta noche nos vemos
un abrazo grande
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