jueves, 14 de agosto de 2008

Un remis blanco, parte tres (cuento)


La cumbia deja de sonar, y una música mucho más lenta y aburrida ocupa su lugar. Las luces se prenden, primero en la pista, después a los costados, para alumbrar a los pibes de la barra que nos miran con cara de cansados.

Tengo medio vaso de fernet y tomo, Mencho me lo saca y camina hacia la salida igual que todos. Hago lo mismo y en el tumulto acarició la cintura de una mina y me pego a otra.

- Que linda que sos, le digo.
Me sonríe y le digo que vamos, que sigamos la fiesta.

- Mañana vengo, dice.

Pasamos la puerta y se va. Mencho está en la calle. Miro a todos lados y veo como la gente se desparrama y las chicas me sueltan la mano cuando se las tomo.
Camino hasta donde esta Mencho, el quiere comer, yo no se que quiero. Le presto plata y se va al carrito viejo que vende choripanes vencidos.
El Pájaro llega con la mayoría de los botones desabrochados y pregunta que hacemos. Que se yo, quiero seguir tomando, donde sea, hasta no poder hablar y caerme del pedo. Mencho grita del carrito: VAMOS A DROGARNOS, y viene hacia nosotros con el choripan en la mano.

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